jueves, 2 de julio de 2009

HASTA AL MEJOR MONO SE LE CAE...



...EL ZAPOTE!!! : )



O el Sapote!! Ja, ja, ja!



Rápidamente les cuento (es la poco ortodoxa hora de las 4:14 a.m! )



Fallé! Fallé como los grandes!! A pesar de que me había jactado ya entre mis amigos de que la próxima vez que me parara un tránsito le iba a restregar la licencia A4 en la cara me la pelé sabrosamente cuando efectivamente sucedió! La tiranía del Huevo imperó (manda huevo!).



Diay, la vara es que el miércoles pasado ando haciendo vueltas y, como el día anterior me había llovido horrorosamente y se me había mojado la billetera, la terminé dejando en la casa para que se secara en el pantalón del día anterior.



Tras haber completado casi la totalidad de los mandados pendientes, voy por la Rotonda de Zapote hacia la casa (como a 3 km). En vista de que había un congestionamiento de los mil y uno, me decido a rayar por el espaldón para no quedarme ahí por los siglos de los siglos (Ameeeeénnn!)...pero en eso me echa el ojo un tombo que estaba por ahí cerca!!



Echo mano de mi infame Spanglish y pienso: Fuuuck, me va a parar!!



A la P! Profecía autocumplidora...el tránsito me hace señas y, aunque fácil, fácil pude haber abusado de los súper poderes de mi moto, me decido a hacer las cosas bien y frenar.



Llega entonces el hombre y me pide la licencia. Empiezo mentalmente a saborear el momento...casi con placer de viejo sátiro que se abre la gabardina...mientras sigo buscándome la licencia...



Foc y Refoc!!! Entonces me acuerdo de nuevo en ese preciso momento de que había dejado la billetera en el panta del día anterior...Aaarrrg!! También me salta a la cabeza el recuerdo de que justamente por eso había sacado la cédula y la tarjeta de débito de la billetera y que andaba tales documentos en la bolsa izquierda de la jacket. Empiezo a sacar los plásticos: sale la cédula, ok...sale la tarjeta Servibanca...y sigo buscando a la espera de la bendita licencia...mi A4!!!



Ja! Ley de Murphy/Ley de la Hijueputalidad! Pues mis peores sospechas se confirmaban...no andaba la A4, ni la A3, ni ninguna licencia para esos efectos!



Veo entonces que el policía se pone a examinar mis calcomanías de RTV y del marchamo (todo en orden!), vuelve a ver la moto con cara de "ojalá yo tuviera una de estas!" y, cuando apenas estoy empezando a murmurar mi resignado discurso de que "sólo tengo la cédula, se me quedó la licencia, pero acabo de ganar mi A4, si gusta consulta a la Central para que vea que es cierto", me dice muy solemnemente el insigne servidor público mientras me devolvía la cédula de identidad:



"Está bien, don Rodrigo, ni me voy a atrasar yo ni lo voy a atrasar a usted, para que no se moje (ya iba a llover), nada más trate de llevar su licencia para la próxima."



Me quedé sin palabras y la conmoción de estar ante un Policía de Tránsito (las mayúsculas son intencionales) honesto y además compasivo me calaron hondo. Si el hombre hubiera pulseado "el consabido cafecito" lo hubiera dejado altaneramente con las ganas porque esa m***** no me cuadra. Igual tomar un taxi a la casa para recoger la licencia y regresar por la moto no me hubiera tomado más de 20 minutos...pero bueno, el oficial era uno de los aparentemente pocos policías de tránsito que no hacen del soborno su principal modus vivendi y el taxi no iba a ser necesario en este caso, gracias a Dios.



Simplemente le estreché la mano con mucho respeto y agradecimiento y seguí mi camino hacia la casa. Efectivamente NO me llovió, pero NO gracias a mis propios méritos, ya que por baboso y medio olvidé sacar la billetera del pantalón mojado para ponerla en el bolsillo del pantalón que me puse ese día. La moraleja del caso es que "hasta al mejor mono, se le olvida la licencia!", así que ojo.



R.